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Saturday, May 14, 2016

0514

Detenerme vacía
Desnuda del alma
Vacia por fuera
Tenderme sobre le sol
Tralúcida
Transparente como nunca
Habiendo dejado pasos
Pisadas, miradas, aplausos
Habiendo dejado frutas
Frutos, frentes, silencios
Respirar un aire nuevo
Un viento que me atraviesa
Unas colillas que juguetean cerca
Agradecer el camino recorrido
Mientras le enciendo fuego
Y las llamas me llaman
Me gritan, me ruegan
Las llamas ya no tienen más la fuerza
No tienen nada que yo quiera
La fuerza ahora es mía
Como mía la voluntad
Que algún día entregué
Y me fue devuelta
Le doy la espalda al fuego
Sin remordimientos
No me quema ya
No me persigue
No me acusa
No me culpa
Camino ligera de pesares
Ligera de colores
Ligera de sensaciones
Ahora todo es nuevo
Vuelvo a existir
Tendida sobre el sol que me atraviesa
Sonrío porque no veo el fuego
No veo hacia atrás
No gira mas mi cuello
Siendo mía yo misma
Me pregunto, sin respuesta...
Qué rumbo he de tomar.

Wednesday, November 18, 2015

Corazón enmendado







Corazón enmendado
rumbos tropezados
optimismo agotado
te abres y sangras sobre la alfombra
lágrimas que dejan manchas
plumas sin viento
encrucijada de incertidumbres
ahogada en mi misma
otorgar el control absoluto
ser una marioneta sin rostro
sin ojos para llorar
sin nariz para vivir
sin boca para opinar
ser arcilla sin forma
inerte
que me moldeen para ser
quien debo ser

quere morir en vida

quere morir

Wednesday, January 22, 2014

C-a-os


Entenderte en tu caos

sabiendo que no es más



que el reflejo de tu alma












xc

Tuesday, August 20, 2013

Te creen






Te creen amo y señor de tus sueños
cuando es mi piel quien se adueña de ellos
los tortura y azota con lenguas caraduras
son tus manos prisioneras de mis antojos
si te digo sube, suben
si te digo baja, bajan
si las detesto y descarto desabridas

van llorando los rincones despolvados


































Wednesday, June 27, 2012

Hay días, como hoy

Hay días, como hoy, en los que despierto y siento que he viajado al pasado. Quizás fue un sueño en blanco y negro, o un recuerdo que quedó flotando en mi mente. Pero hay días, como hoy, que quisier tenerte cerca. Poder verte a los ojos, como solía hacerlo, mientras acaricio tus manos y me pierdo en tu mirada. Días como hoy se me antoja el sabor de tus labios gruesos devorándose los mios. Tus manos inquietas y las mias ingénuas. Tenerte cerca para conversar de lo que sea, filosofar sobre temas mundanos y escribir poesía con caricias. Sentir que el alma se enamora cada vez que te siento cerca. 


Recuerdo esos días. Esos días cuando tenerte al alcance de un suspiro era una experiencia cósmica. Verte, así fuera de lejos, era una bendición. Nunca olvidaré esos momentos donde no era posible hablar, solo mirar, admirar y desear. La vida, esa vida caprichosa e impredicible, hizo que nuestros caminos se cruzaran en el momento preciso donde más nos necesitábamos. En días como hoy, que me siento a recordar, agradezco a esa vida que nos vio amar, el aún saberte parte de mi vida. Hay días como hoy, en los que despierto y te extraño.

Thursday, November 19, 2009

L-A-H-O-J-A

Mi hoja en blanco y tú dándome la espalda con ojos suicidas. Mi hoja en blanco y el café que humea en mi mesita de noche. Sigo el humo un poco ciega, un poco bizca. Lo sigo y se encuentra con mi ventana gris de buenos días. Gotea como si el mundo se fuera a acabar en este instante. Contengo la respiración, no quiero que me agarre desprevenida el apocalipsis y tenga que pedir permiso para respirar.

Mi hoja sigue en blanco y mis ojos hipnotizados por las gotas que huyen de la brisa que quiere hacerlas presas. Abro la ventana y me inunda la sensación de humedad mezclada con frescura y un toque de realidad. Dejo escapar la bocanada de aire que tome antes. La vuelvo a cerrar, no me gusta la realidad cuando llega fría golpeando la cara. Vuelvo a mi hoja que creí poder abandonar.

Recuerdo los días donde podía escribir. Sentía las ganas incombatibles de contarle al mundo lo que sentía, lo que me pasaba, lo que pensaba y nunca a nadie le diría. Me gustaba escribir así. Así con ganas de decir algo. Así con la necesidad de hacerlo de manera embellecida. Ahora, si es que se me ocurre un verso que valga la pena poner en papel, lo olvido antes de tomar el lápiz. Como la otra noche, por ejemplo. Venía de vuelta a la casa después de un largo día y viendo por la ventana hacia la nada, me vino a la mente un verso hermoso. Algo que enamoraría a cualquiera. Seguí imaginando líneas y allí mismo tenía el poema. Para cuando cuando llegué a casa y conseguí una libreta donde escribirlo... lo había olvidado y no recordaba ni una palabra. Cuando alcanzo a escribir algo, me toma más de una semana terminarlo. Y no siempre me gusta el resultado.

Parece que dejó de caer agua por mi ventana. Quisiera salir. Me gusta el olor que deja la lluvia sobre la acera, sobre la gente, sobre la tierra. La lluvia tiene ese poder sanador que nos hace sentir que todo lo malo se ha ido y que podemos volver a empezar. Decido tomar una ducha y pretender que es lluvia que cae por mi cuerpo. Una lluvia caliente, muy caliente que deja en mi piel un rastro rojizo. Me pierdo en gotas que recorren mi piel uniendo puntos como un juego de niños, para nada inocente. Me deshago en agua y quiero seguir la corriente por el desagüe. Me consigo frente a frente con mi destino evaporado y vilmente atrapado en una nebulosa. Decido volver a la cama. Desnuda. Mojada aún. Quizás duerma un poco. Quizás muera un poco. Quizás deje mi alma libre de esta condena de estar viva... Veo mi hoja en blanco, y por esta vez... ella gana la batalla.


Monday, November 9, 2009

P-a-l-a-b-r-a-s

Palabras, tan solo palabras que intenta el pintor con su pincel virginal esperando entre las yemas de sus dedos el veneno de su sacrificio. Perderá para siempre el extremo de sus pensamientos para plasmar el de otro. Una frigidez espeluznante que eriza las pieles de las hormigas que rigurosamente pasan de largo en línea recta, sin mirar a los lados. Un trazo de color indefinido y comienza la aflicción de su procesión. Quiere escabullirse pero lo sujetan con fuerza y la gravedad no lo ayuda. No entiende de razones ni de destinos. De tal palo, tal astilla. Le espera la misma suerte que aquel que algún día peleaba conPicasso durante esos años en guerra donde era, en ocasiones, más fuerte que la mano y los dedos que lo retenían. Pero nada lo salvó de su final. Con la cabeza llena de ideas, de sensaciones y emociones de distintos colores, fue a parar al único lugar donde las apariencias poco importan porque siempre es de noche. Palabras, palabras, palabras que le faltan a la mano que decide ahogar sus conflictos en un vaso de agua. Palabras, tan solo palabras acompañan el vaso de ron sentado al borde de la mesa queriendo escapar.



x/c