Extrañarte...

Extrañarte tanto que me duele la médula del alma; que en mi pecho alborotado no consigo sino dudas y pierdo tus miradas con mis pasos. Ciega te busco en los bares de mis sueños. Descalzos los pies y descalzas mis manos te buscan enloqueciendo en cada bocado de aire que no te hallan. Romper espejos podridos de sonrisas, por creer verte del otro lado. Como Alicia atravesarlos y drogar mi sentidos siguiendo el aroma de tus caricias. Extrañarte con los dedos, con las uñas, hasta con el esmalte. Extrañarte con las neuronas, con los huesos, con las plumas. Extrañarte es no entender el mundo sin ti. Es buscar respuestas a mi pulsaciones cada minuto...

pum-pum
pum-pum
pum-pum

Extrañar tu voz, la paz a mis plegarias. Rogar y suplicar que los dientes de mi cadera no duelan más. Extrañarte es ser sin existir, oír sin escuchar, caminar sin andar... es morir un poco cada vez, es morir un poco cada instante en el que tu nombre se ahoga en mi voz. Extrañarte tanto que me duelen las arterias, que me molesta, que me pone de malhumor. Extrañarte y maldecir el día, la noche, la luz, el respirar mismo. Detenerme a matar las horas tatuando tu nombre entre mis pecas. Extrañarte es verte viéndome verte y morir en el reflejo de tu piel sobre mis pechos. Extrañarte es odiarte y amarte a la vez.

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